¿Tendremos que importar gas de Venezuela?
6 de septiembre de 2023
Se armó la pelea oootra vez que porque dizque necesitamos importar* gas pa’ nuestras estufas, vehículos y empresas… 😯 Que sí, que no, que por qué, que cuánto cuesta. Veamos este nuevo rollo.
*Comprarle a otros países.
¿Qué pasa?
Promigas (uno de los gremios de empresas de gas natural) y Fedesarrollo* calcularon que si frenamos la exploración de gas y no se construye infra’ pa’ importar, nos costaría más de $112 billones sustituir el gas natural para impulsar la electrificación del país.
*Centro de investigaciones.
¿Muy caro?
La opción “barata” ($5,1 billones), si frena la exploración, exigiría ampliar la infra’ de importación para traer gas de Venezuela o pedir más barcos con GLP* y usar la regasificadora del Caribe. Pero advierten que esto subiría la factura mensual del gas 25%.
*Gas licuado de petróleo, que es líquido pa’ transportarlo fácil.
La otra alternativa
Dice Naturgas (otro de los gremios del sector) es que la CREG, la encargada de las reglas de energía y gas, permita hacer otros movimientos como que las empresas y distribuidoras puedan comprar el gas en cualquier momento del año y se calcule diferente el precio de cuando toca administrar el gas que hay.
Uy…
También que les autoricen nuevos proyectos de exploración para que en el futuro no tengamos que depender 100% de precios internacionales, de si aquel nos quiere vender o no, sino de nuestras reservas. Además, es clave tener una buena infra’ para llegarle a toda la pipol.
¿Es malo importar?
Pues, tiene pros y contras. Lo bueno es que podría salir más barato darle gas a ciertas zonas del país cerca de la frontera; podría abrir el mercado e incentivaría la competencia en precios; tendríamos un as bajo la manga por si algo pasa con nuestra oferta de gas y ayudaría a garantizar la prestación del servicio a la pipol.
Peeero
Entre los contras podría estar el riesgo político de Venezuela y es que digamos que firmamos un contrato con ellos para que nos pasen gas, y de un momento a otro el presi’ de allá diga, no no le demos más gas a Colombia… y paila (como les pasó a los europeos con Rusia).
En resumen…
En Colombia hay gas, pero se nos está acabando y toca ver cómo nos organizamos para que en el futuro no estemos sufriendo o pagando muuuucha más plata por poder cocinar (sin leña) y hacer otras actividades para las que necesitamos energía a gas. Ahí está el debate.